Página 119 - Compendio Agropecuario 2012

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En siembras en triángulo y doble surco, se aprovecha mejor el terreno y se obtiene una
mayor cantidad de plantas por hectárea. Sin embargo, por la alta densidad, se tiene que dar
un mejor manejo de la plantación en el control de enfermedades porque la humedad dentro
de la plantación será alta. Si se incrementa la densidad de siembra se eleva el rendimiento
bruto, aunque disminuye el número de dedos por mano y racimo, hay un menor peso del
racimo y más lentitud en la maduración, por tanto una mayor densidad se debe compensar
con una mayor fertilización y un mejor manejo en general.
Pasados dos meses las plantitas empiezan a emitir vástagos, entonces de las dos plantitas se
deja la mejor y a ésta se le dejan únicamente dos brotes, los mejores y más alejados entre sí,
en años sucesivos se le pueden dejar cuatro, pero no más.
Las plantaciones modernas se realizan con amplios pasillos que facilitan la mecanización y
a densidades entre 2.000 y 2.400 plantas/ha
• DISPONIBILIDAD DE AGUA EN LAS PLANTACIONES
En la época de plantación es necesario disponer de agua para el establecimiento del cultivo
o contar con un sistema de riego.
La planta solo puede aprovechar el agua del suelo cuando tiene a su disposición suficiente
cantidad de aire, por tanto la cantidad de agua y de aire en el suelo deben estar en cierto
equilibrio para obtener un alto rendimiento en el cultivo.
El drenaje es una actividad importante en el cultivo. Un buen sistema de drenaje aumenta
la producción y la disminución de la incidencia de plagas y enfermedades. Se recomienda
realizar el drenaje cuando la capa de agua esté a menos de 40-60 cm de la superficie,
aunque sea temporalmente.
• PRÁCTICA DE LA FERTILIZACIÓN
Las primeras fases de crecimiento de las plantas son decisivas para el desarrollo futuro, por
tanto es recomendable en el momento de la siembra utilizar un fertilizante rico en fósforo.
Cuando no haya sido posible la fertilización inicial, la primera fertilización se hará cuando
la planta tenga entre tres a cinco semanas; se recomienda abonar al pie que distribuir el
abono por todo el terreno, ya que esta planta extiende poco las raíces.
En condiciones tropicales, los compuestos nitrogenados se lavan rápidamente por tanto se
recomienda fraccionar la aplicación de este elemento a lo largo del ciclo vegetativo. A los
dos meses aplicar urea o nitrato amónico y repetir a los tres y cuatro meses, al quinto mes
se debe hacer una aplicación de un fertilizante rico en potasio por ser uno de los elementos
más importantes para la fructificación del cultivo.
En plantaciones adultas se seguirá empleando una fórmula rica en potasio (500 g de sulfato
o cloruro potásico), distribuida en el mayor número de aplicaciones anuales, sobre todo en
suelos ácidos; se tendrá en cuenta el análisis de suelo para determinar con mayor exactitud
las condiciones actuales de fertilidad del mismo y elaborar un adecuado programa de
fertilización.
El uso de abono orgánico es adecuado en este cultivo no solo porque mejora las condiciones
físicas del suelo, sino porque aporta elementos nutritivos.
Compendio Agropecuario 2012
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