Con esto se pretende mejorar la eficiencia de respuesta a las emergencias agropecuarias,
            
            
              disminuir las vulnerabilidades locales como medida de mitigación del riesgo y, en un futuro
            
            
              cercano, tomar medidas y acciones en la planificación del desarrollo productivo. Estas
            
            
              medidas están orientadas a evitar nuevas vulnerabilidades, por ejemplo, a través de:
            
            
              • Fortalecimiento de las normas y regulaciones que permitan garantizar la producción.
            
            
              • Empleo de planes de ordenamiento territorial, incluyendo Gestión de Riesgos
            
            
              Agropecuarios de acuerdo con las vocaciones productivas.
            
            
              • Incorporación del criterio de análisis del riesgo en proyectos de inversión.
            
            
              • Usos productivos alternativos en áreas amenazadas.
            
            
              Se tienen ocho acciones prioritarias a desarrollar:
            
            
              1. Gestión del conocimiento y de información: construir sistemas de información a
            
            
              base del conocimiento técnico-local-ancestral y científico intersectorial para elaborar
            
            
              escenarios de amenazas.
            
            
              2. Planificación en el territorio productivo: zonificación y monitoreo de zonas
            
            
              potencialmente productoras que generan producción excedente (agrícola y pecuaria)
            
            
              para garantizar la seguridad alimentaria de Bolivia.
            
            
              3. Intervenciones orientadas a la seguridad alimentaria en municipios altamente
            
            
              productores y en municipios con producción de alimentos de autoconsumo:
            
            
              creación y consolidación de unidades de riesgos agropecuarios en 62 municipios
            
            
              potencialmente productores de alimentos para la seguridad alimentaria y en 41
            
            
              municipios con producción de alimentos de autoconsumo afectados por adversidades
            
            
              climáticas recurrentes. Realización de Programas de Asistencia técnica (PAT) a nivel
            
            
              nacional y regional. Medición de resultados a través de indicadores. Sistematización
            
            
              de lecciones aprendidas y réplica de la experiencia (transferencia de conocimientos
            
            
              y buenas prácticas).
            
            
              4. Medidas post desastre: fases de atención inmediata y reconstrucción, incorporando el
            
            
              análisis de riesgo para evitar nuevos riesgos en el futuro. Creación rápida de decretos
            
            
              supremos de emergencia, generación de planes y proyectos, reactivación productiva
            
            
              en áreas afectadas priorizando productos de la seguridad alimentaria.
            
            
              5. Revalorización del saber y prácticas ancestrales: en tierras altas y bajas para afrontar
            
            
              posibles hambrunas futuras.
            
            
              6. Creación de un Fondo de Contingencia: como apoyo a la rehabilitación productiva,
            
            
              a comunidades en extrema pobreza e incapaces de acceder al seguro agrícola.
            
            
              7. Creación de un Programa Nacional de Conservación de Forrajes: para garantizar
            
            
              alimentopara ganado (bovino, ovino y camélido) en épocas de sequías e inundaciones.
            
            
              8. Plan Nacional de Usos Alternativos Productivos Agropecuarios en áreas amenazadas
            
            
              recurrentemente por adversidades: para brindar posibilidades de producción a zonas
            
            
              fuertemente afectadas, considerando criterios de adaptación.
            
            
              
                6.4 SITUACIÓN ACTUAL DE LA GESTIÓN DE RIESGOS AGROPECUARIOS EN
              
            
            
              
                BOLIVIA
              
            
            
              Con base en un análisis autocrítico, se puede decir que en los últimos años se avanzó en la
            
            
              respuesta a situaciones de emergencia, proveyendo alimento al ganado afectado en tierras
            
            
              bajas (Beni) y tierras altas (Altiplano). Asimismo, se trabajó en la reactivación productiva de
            
            
              praderas y alimentos, lo cual se englobaría en una gestión de riesgos reactiva, aceptando y
            
            
              haciendo frente a los riesgos recurrentes.
            
            
              Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras
            
            
              
                310